Este proyecto “A tu lado en Urgencias” surge tras años de trabajo en programas de acción social y como respuesta a una necesidad de apoyo y acompañamiento en las salas de espera del servicio de Urgencias del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla)
Ofrecer apoyo, acompañamiento y ayuda a pacientes y familiares que lo precisen, facilitando la espera en el servicio de Urgencias ha sido y es objetivo primordial con el que nació este programa que lleva ya 3 años desde su puesta en marcha y que ha sido pionero en Congresos nacionales de salud.
… Amor y Enrique se pasean por la sala de espera con sus batas blancas. Un punto verde en la espalda que les identifica como voluntarios. Enrique se acerca a una mujer mayor que espera sola en una silla con una radiografía en la mano. Se presenta, le pregunta qué le pasa, cómo está y empieza la charla. Mientras, Amor trata de tranquilizar a una joven en una camilla con un ataque de ansiedad. Eso no es nada, a mí también he pasado, le dice cariñosa. Sus palabras surten efecto no solo con la joven sino con los compañeros de trabajo que la han llevado al hospital, nerviosos al no saber cómo tranquilizar a su amiga. En Urgencias las personas se sienten más inseguras porque no saben lo que tienen, y sin acompañantes se sienten más frágiles. Se muestran muy agradecidas de que te acerques a tener una conversación, aunque sea trivial. Nos presentamos, les preguntamos si les apetece hablar y les hablamos de nosotros, como si fuese un conocido. Tratamos de quitarle hierro a lo que tienen para que no se obsesionen, que no estén dando vueltas a lo mismo, explica Enrique. Lleva dos años haciendo compañía a hospitalizados en plantas y reconoce que Urgencias es emocionalmente más duro, especialmente cuando personas mayores te transmiten su soledad y se ponen a llorar…
Amor ayudaba hasta ahora a pacientes en rehabilitación. Hace cuatro años mi padre tuvo problemas de pulmón y pasamos mucho tiempo en el hospital. A él nunca le faltaba compañía porque somos muchos en casa pero tenía compañeros que estaban solos y pensé que tiene que ser triste, relata. Coincide con Enrique en que los mayores solos son a los que más mimamos. Ancianos solos o que están en una residencia y mientras avisan a sus parientes tardan en llegar.Se ponen a llorar porque no tienen familia y yo les digo ¿cómo que no? Ya tiene aquí una hija. Pienso como si fuera mi madre o mi padre y me pongo en su lugar, dice…”.